Estamos viviendo un tiempo sin precedente alguno; el mundo está pasando ahora por diferentes niveles de caos, confusión y sufrimiento. La velocidad de cambio que esta pandemia ha traído consigo ha sido completamente inesperada, haciendo evidentes las grandes debilidades en muchos de nuestros sistemas y cómo es que, de alguna manera, hemos perdido claridad al definir nuestras prioridades como sociedad.
Creo que lo que cada uno de nosotros está experimentado es muy personal y dependiente en gran medida de la situación y las circunstancias que nos rodeen, pero tal vez muchos de nosotros estamos tomando este tiempo para reflexionar profundamente en nuestros hábitos y actitudes como individuos y como comunidad global.
Desde mi punto de vista, la pandemia ha expuesto de manera drástica la realidad infalible de nuestra naturaleza humana interconectada e interdependiente. Me ha recordado de un antiguo principio africano llamado Ubuntu, que se refiere a la creencia de un vínculo compartido que conecta a toda la humanidad. Es una ideología que reconoce la interdependencia humana, cómo la forma en la que nos relacionamos con otros nos define. Una traducción aproximada de la palabra Ubuntu puede ser “humanidad hacia los otros”.
Y es precisamente lo que esta crisis refleja para mí. Esta es una crisis sobre nuestra humanidad, considerando no solo cómo nos relacionamos los unos con los otros, sino también cómo nos conectamos con los ecosistemas que nos rodean. Y nos está urgiendo a reflexionar con toda consciencia sobre nuestras responsabilidades sociales, en cómo las acciones que tomamos afectan a otros.
Quizá soy una optimista sin remedio, pero quiero pensar que esta es una gran oportunidad, una bastante dura sin embargo, para transformar los retos dolorosos que estamos enfrentando en un punto de inflexión para redefinirnos como individuos, como sociedad global y pensar profundamente en las prioridades que queremos definir de aquí en adelante. Pero para transformar estos retos en una oportunidad necesitamos más que nunca mentes sanas y claras.
Así que por favor cuidemos nuestras mentes, mantengámonos sanos y que la confusión no nos haga olvidar la gentileza.