Neologismos que describen sentimientos y emociones
“The Dictionary of Obscure Sorrows” fue publicado en el año 2021. Su autor, John Keoing, ideó la creación de nuevas palabras que nunca se habían descrito antes en términos lingüísticos. Sus neologismos tienen la intención de definir sentimientos inusuales con el propósito de llenar los huecos en nuestro lenguaje emocional.
El libro me pareció un experimento interesante y lúdico; los neologismos están basados en su trabajo de investigación sobre etimologías, el significado del uso de prefijos, sufijos y los orígenes de las palabras. En particular, hay dos palabras que me parecieron muy peculiares:
La primera es sonder, un substantivo, que describe el reconocimiento que cada extraño, cada aleatorio transeúnte, tiene una vida tan vívida y compleja como la propia, poblada con sus propios anhelos, miedos, hábitos, inquietudes, rutinas y un largo etcétera. La conciencia de que todos tenemos una historia.
La segunda es watashiato, un substantivo que define la curiosidad sobre el impacto que hemos tenido en la vida de otras personas, preguntándonos cuál de nuestras inofensivas acciones, nuestras olvidadas palabras pudieron haber alterado la trama de sus historias en formas que posiblemente nunca veremos.
Estos dos neologismos me hicieron pensar en lo único que cada individuo es. Somos una distintiva combinación de múltiples características que podemos encontrar en otros, pero que de manera improbable ocurren en exactamente la misma combinación en dos personas. No sólo desde la perspectiva de nuestra singularidad bioquímica como organismos vivos, sino también desde la perspectiva de nuestras historias, experiencias, condicionamientos que moldean y entintan la forma en la que vemos el mundo.
Sonder y watashiato pueden también hacernos reflexionar cómo cada individuo está conectado con los otros, lejana o cercanamente, por una combinación única de filamentos que van más allá de las fronteras del tiempo o el espacio. Cada persona reúne lealtades pasadas, necesidades presentes y una visión del futuro en un entramado de diferentes contornos, los cuales son influenciados por una serie de elementos heterogéneos que tomamos prestados de otros individuos, aun de los extraños -que con sus propias historias- pasan de largo en nuestras vidas. Constantemente estamos tomando y dando, invariablemente nos influenciamos los unos a los otros, y nuestras acciones, tan modestas o diminutas como puedan parecer, impactan a otros seres; estamos continuamente creando los filamentos de una intrincada telaraña que nos une de diferentes formas.
Tener presente esta curiosidad en nuestras vidas tal vez pueda ayudarnos a ver que en este repetitivo proceso de influenciarnos los unos a los otros, cualquiera se convierte en una persona capaz de hacer una diferencia, incluso modesta. Todos tenemos responsabilidad en moldear nuestra realidad, y en este arte de ir dando forma, podemos recordarnos además, aun en nuestras diferencias y singularidades, con nuestras particulares historias, que todos compartimos el deseo de querer ser felices y estar bien.
Genial.