El mes pasado alrededor de 180 directores generales de algunas de las más poderosas corporaciones de los Estados Unidos, incluyendo Walmart, JP Morgan Chase, IBM y muchas otras, emitieron una nueva “Declaración sobre el Propósito de una Corporación”, en la que aseveran que las empresas a las que pertenecen ya no tienen como propósito servir a sus accionistas únicamente, sino también a sus clientes, empleados y las comunidades en las que operan. Los directores generales se comprometieron a guiar sus empresas para beneficiar a todas las partes involucradas.
La Declaración afirma que las empresas juegan un papel vital en la sociedad como motores de creatividad, innovación y crecimiento económico, por lo que este cambio de enfoque de proveer auténtico valor a todas las partes involucradas puede ser una importante plataforma para el cambio social. Ésta delinea un nuevo modelo que incluye:
- Entregar valor a sus clientes
- Invertir en sus empleados
- Negociar ética y justamente con sus proveedores
- Apoyar a las comunidades en las que operan
- Generar valor de largo plazo a los accionistas
Este nuevo modelo nos ofrece un destello de cómo las empresas pueden crecer y florecer dentro de un marco más amplio, buscando un propósito superior, y no sólo como meras generadoras de ganancia como su única responsabilidad.
Aunque este cambio pueda obedecer a otras causas, indudablemente parece ser la respuesta hacia el panorama de agitación que existe hacia las empresas que han operado por un largo tiempo bajo la premisa de que obtener ganancias a cualquier costo era su única responsabilidad. Este planteamiento no sólo ha traído consigo grandes niveles de desigualdad, un daño irreversible al ambiente, sino también un esquema de prácticas poco éticas e injustas que al parecer hemos ignorado hasta ahora.
Algunos expertos afirman que esta nueva forma de capitalismo colectivo suena bien, pero puede acabar no funcionando en ningún caso, ya que podría deteriorar la responsabilidad de las empresas de competir por el mercado e impulsar la productividad.
Sea que esta afirmación resulte cierta o no, lo que es claro para mí es que el modelo actual no funciona del todo bien y pareciera que se necesita un modelo más consciente y cooperativo. Integrar de una forma consciente los intereses de las principales partes involucradas de las empresas no se contrapone con el objetivo de buscar la ganancia y más bien puede potenciar la confianza, la colaboración y, por ende, la creación de valor.