Palabras que expresan conceptos
Mottanai es una palabra japonesa que expresa vergüenza por el desperdicio innecesario.
Podemos pensar que hay una mayor conciencia sobre los retos ambientales que enfrentamos, y puede ser que así sea, particularmente en la gente joven. Sin embargo, si vemos los datos la pregunta si lo que parece una mayor sensibilización está correlacionado con las acciones que estamos tomando puede surgir.
De acuerdo con el informe del Banco Mundial “What a Waste”, el mundo genera 2.01 miles de millones de toneladas de desperdicio sólido municipal cada año, con al menos un 33 por ciento -extremadamente conservador- sin un manejo ambientalmente seguro. En una perspectiva hacia delante, se prevé que el desperdicio global crezca a 3.40 miles de millones de toneladas para el 2050, más del doble del crecimiento poblacional dentro del mismo periodo de tiempo. No hay nada nuevo en decir que hay una correlación positiva entre la generación de desperdicio y nivel de ingreso.
Una superficial mirada a estos números nos puede hacer pensar si lo que estamos haciendo es relativamente cercano o lo que se puede considerar como suficiente para manejar nuestro problema de generación de desechos. Estos números nos hacen reflexionar sobre cómo llegamos a un punto donde las cosas se han convertido en fácilmente desechables; cómo de alguna manera hemos perdido la apreciación por ellas.
En su libro más reciente “No cosas”, el filósofo Byung-Chul Han, describe cómo las cosas queridas son cada vez más raras, pues nos hemos vuelto en una sociedad de artículos desechables. Sugiere que haberle dado paso a un mundo donde fácilmente podemos desechar todo es el reflejo de una sociedad impersonal, donde no tenemos tiempo para el otro, donde los lazos débiles predominan y los lazos fuertes pierden cada vez más importancia. Los lazos débiles aceleran cada vez más el consumo, volviendo improductivos a los lazos fuertes.
Han afirma que las cosas están ahora muertas, no se utilizan, se consumen. Indica que las cosas han perdido su propio peso, su propia vida, pues solo el uso prolongado de las cosas les da un alma; solo las cosas queridas tienen vida. . . Plantea que si el mundo solo se compone de objetos disponibles y consumibles ya no podemos entablar una relación con él.
Sin embargo, me parece que tenemos el inmenso poder de realmente comprometernos con el mundo, de encontrar nuevas formas de romantizar nuestra relación con él. Podemos potenciar nuestra fuerza positiva de hacer algo, tan minúsculo o insignificante como pudiera parecer, pues como el autor americano Edward Everett Hale alguna vez dijo:
Soy solo uno, pero soy uno. No puedo hacerlo todo, pero puedo hacer algo. Y no dejaré que lo que no puedo hacer interfiera con lo que puedo hacer.”
Haru Hermosa. Muchas gracias por moverme el tapete en tus siempre muy atinadas reflexiones y por siempre aportar. Aquí evocaste mis recuerdos sobre el magistral discurso del Dr. Carlos Llano hizo sobre la Necesario y lo Superfluo el la presentación de su libro Viaje al Centro del Hombre al hablar de la pleonexia materialista (apetito insaciable de cosas de carácter material). También un poco el capítulo XI del Tao Te King de Lao Tse que habla sobre la utilidad del vacío. Me gustaron mucho tus citas de Han sobretodo cuando habla de que las cosas queridas son cada vez más raras y solo las cosas queridas tienen vida …
En fin, nuevamente muchas gracias porque siempre me despiertas la inquietud intelectual.
Un gran y cariñoso abrazo.