Un comentario sobre el libro “The Gift” de Arun Gandhi
La ira puede ser, sin duda, una de las emociones más destructivas que experimente un ser humano. Un momento de furia puede destruir nuestras propias vidas y las de otros en muchas diferentes formas.
Hoy día vemos estallidos de ira en muchas sociedades alrededor del mundo; ira que independientemente cual sea su razón, pudo haber estado suprimida por un largo tiempo. Pero ninguno de los extremos, ni las explosiones de enojo, ni suprimirlo parecer ser el camino que lleve a la solución del problema, sea cual sea éste.
Arun Gandhi, en su libro “The Gift”, describe cómo tuvo una infancia llena de rabia, pues fue presa de la discriminación, siendo un niño indio que creció en Sudáfrica, pero relata la manera en que su abuelo, Mahatma Gandhi, le enseñó a usar el enojo para bien.
Mahatma Gandhi explicó a Arun que la ira puede ser buena, siempre y cuando aprendiera a usarla para bien:
La ira es para la gente como la gasolina para los automóviles –te estimula a avanzar y llegar a un lugar mejor. Sin ella no estaríamos motivados a asumir desafíos. Es la energía que nos permite definir lo que es justo o injusto.”
Sin embargo, para aprender a usar la ira para mejorar nuestras vidas y no de manera contraria, necesitamos entender mejor cómo canalizar esa energía de modo inteligente.
Mahatma Gandhi enseñó a Arun que la ira puede ser utilizada para intimidar y atacar, lo que usualmente causa que el problema escale; o puede ser el combustible para desarrollar la fuerza que nos permita entender los puntos de vista de otros y tener la capacidad de perdonar. Le explicó a Arun que si quería usar su enojo sabiamente, necesitaba cultivar una mente sana y fuerte. Tener control sobre su mente evitaría que la ira estrechara su mundo y le daría la opción de reaccionar de manera diferente. Arun recuerda a su abuelo diciéndole sobre la necesidad de tratar a la ira como una alerta de que algo está mal; entrenar su mente le ayudaría a responder adecuadamente en el futuro, en vez de reaccionar causando daño emocional en otros, una mente fuerte se podría enfocar en encontrar una solución que pudiera funcionar para todos.
Aprender a manejar nuestro enojo sabiamente puede ayudarnos a llegar a un mejor lugar, puede impulsarnos a encontrar soluciones; no podemos tener intensidad o determinación sin la posibilidad de experimentar el enojo. Pero aprender a usar la ira para bien requiere de entrenamiento, de tener la capacidad de auto observarnos objetivamente, de comprender las raíces de nuestro enojo y de tener la fuerza que nos de la apertura para reconocer el valor en las perspectivas de los otros.
Exelente, muchas felicidades.