Nuestro bienestar mental comienza con estar conscientes de nuestra propia salud mental. Sin embargo, en una cultura de estimulación constante, donde el tiempo entre nuestras actividades se llena con todo tipo de entretenimientos, se ha vuelto aún más retador estar consciente de nuestros estados mentales; a menudo simplemente nos dejamos llevar por constantes cadenas de distractores.
Pero cultivar nuestro bienestar mental requiere de espacio que nos permita trabajar en nuestra auto-consciencia y reconocer los hábitos mentales que nos inquietan y usualmente deterioran nuestra habilidad de hacer frente a las tensiones normales de la vida, de trabajar productiva y creativamente; estados que nos impiden reconocer nuestro potencial. Requiere de esfuerzo y perseverancia para deconstruir esos hábitos y, por supuesto, requiere identificar qué nos ayuda a desarrollar y mantener de una forma flexible estados de simplicidad, relajación y apertura que nutran nuestro bienestar mental.
En esta tarea de procurar nuestro bienestar mental hay algunas estrategias básicas individuales que pueden ayudarnos en el proceso:
Cuidar de nuestra presencia
El vínculo entre el bienestar físico y mental es innegable, por lo que poner atención a nuestras necesidades y cuidar nuestra salud física es esencial para nuestro bienestar mental.
La nutrición, dormir adecuada y suficientemente, así como el ejercicio son cruciales. Sin embargo, cuidar de nuestra presencia implica actualmente una relación responsable con la tecnología, tener el control de ella y no a la inversa; así como desmantelar nuestro paradigma de que estar siempre haciendo algo es “importante y productivo” y darle a nuestro cerebro un descanso haciendo nada por un momento; esto puede ser una gran herramienta para recargarnos.
Tener atención plena
Cuando la mente está agitada y confundida suelen surgir estados mentales adversos. Las técnicas en atención plena pueden ser una gran herramienta para identificar esos estados y prevenir que continúen invadiendo nuestras mentes.
Estas técnicas pueden ayudarnos a entender que pasa en nuestro interior, no en una forma de abstraernos del mundo en una burbuja; sino más bien como parte de tener un mejor involucramiento en lo que pasa enfrentando mejor los momentos difíciles de la vida diaria.
Los métodos de Atención Plena tienen el objetivo de desarrollar cualidades como la atención, así como tener un entendimiento más claro de la realidad. Por lo que darnos un espacio cada día para entrenar nuestra habilidad de poner atención deliberada a nuestra experiencia puede ser una importante estrategia para cuidar nuestro bienestar mental.
Cultivar la resiliencia
La resiliencia es el proceso de adaptarnos y seguir adelante ante la adversidad o eventos significativos de estrés. Nos ayuda a manejar momentos complejos y está relacionada con nuestra flexibilidad mental.
La resiliencia involucra comportamientos, pensamientos y acciones que pueden ser desarrolladas por cualquier persona. Todos tenemos la capacidad de aprender de momentos difíciles; pausar y reflexionar sobre ellos nos facilita procesarlos para después decidir la forma de proceder y seguir adelante; más que sumergirnos en pensamientos perturbadores que nos hacen perder el enfoque y nos hacen sentir ansiedad.
En nuestras manos está priorizar mejor y cultivar nuestro bienestar mental. Procurarlo nos ayudará a sentirnos relajados y espaciosos y así poder ser más productivos, generar nuevas ideas y ponerlas en marcha de forma fluida; nos dará espacio para la transformación y a tener presente nuestro potencial.