Nadie puede negar la crucial importancia de la innovación en la vida de cualquier organización. . . Hay numerosos casos de éxito de entidades que continuamente se reinventan a sí mismas, no sólo en términos de generar nuevos productos o servicios, sino también de crear nuevos modelos de negocios, procesos más eficientes, nuevas formas de hacer las cosas en general, pues la innovación está en todas partes; entidades que tienen presente que la innovación es imperativa si no quieren que el tiempo juegue en su contra. . .
Ésta ha sido una tendencia por muchos años y podemos encontrar innumerables procesos y metodologías que ayudan a las organizaciones a innovar, lo que a veces puede hacerla parecer como algo muy sofisticado. . . Cuando en realidad, la innovación no es más que ser capaz de unir los puntos. . . y en este proceso, tener una mente clara y calma puede ser nuestro mejor aliado para que pueda resultar en algo que realmente genere valor.
La innovación es un proceso que viene de las ideas, y aunque una idea es algo difícil de describir, se puede decir que las ideas son simplemente una conexión de nuestros referentes. Estos últimos son estímulos, conocimiento, cultura y todas aquellas referencias que proveen nuevos puntos de vista y que aceleran y multiplican el proceso creativo; por lo que parece que la forma en la que conectamos esos referentes es crítica para surja algo que tenga relevancia y genere un valor. . . una innovación.
James Webb Young dijo “una idea no es otra cosa que la combinación de elementos preexistentes; la capacidad de que esos elementos preexistentes resulten en nuevas combinaciones depende en gran medida en la habilidad de ver las relaciones. . .” Lo que James Webb Young describe como la habilidad de ver las relaciones no es más que la habilidad de darte cuenta, y esta habilidad puede ser detonada con una mente presente, calma y clara y libre de aferramiento.
Así que, independientemente del proceso o metodología que se haya escogido para generar y administrar la innovación, hay tres elementos que parecen ser determinantes en cualquier proceso de este tipo. El primero es recolectar tantos referentes como sea posible, porque nada viene de la nada, escuchar a expertos, buscar referencias en nuestra propia industria, en otras disciplinas y en otras industrias. El segundo es tener una mente presente y libre de aferramiento para que podamos darnos cuenta de todas las posibles conexiones; y el tercero es quitar al miedo de nuestro camino porque justo como una mente clara y calma puede ser el mejor aliado de cualquier proceso de innovación, el miedo es -sin duda- el mayor impedimento de ésta. . .